Medal of Honor AB es la muestra que el VR es el futuro, pero aún lejano

Vamos a ser sinceros, la realidad virtual aún está lejos de ser la promesa que vemos en películas como Ready Player One o Matrix. Desde limitantes humanas como la propensión al mareo o vértigo; de hardware como el costo de dispositivos como el Oculus Rift, Quest o HTC Vive; o de software, como la calidad gráfica o de contenido de los juegos en VR. Sin embargo, con Medal of Honor Above and Beyond, el equipo de Electronics Arts (EA) y Respawn, logran revivir un clásico de los First Person Shooter en un juego altamente inmersivo y completo, pero que demanda mucho para realmente poder ser disfrutable.

No se trata de que Medal of Honor Above and Beyond sea un mal juego como tal, se trata de que es un juego que muy pocos podrán jugar. Más allá de requerir un casco de VR, puede ser desde un Oculus Quest 1 o 2 vía Oculus Link (es decir conectado a tu PC) como yo lo jugué, o mediante cascos más completos como HTC Vive Cosmo o el Oculus Rift. El gran problema no es tener el casco de VR, es tener un equipo de gaming que lo aguante. 

Los requerimientos mínimos que EA recomienda para Medal of Honor VR son: 

Medal of Honor: Above and Beyond is a AAA

     o    CPU: Intel i7 9700K o similar AMD

     o    RAM: 16GB DDR4

     o    GPU: NVIDIA RTX 2080 or superior

     o    Memoria de 180 GB libres para el installer y 170 GB finales para el juego.

Uno, es sin duda el juego más pesado de VR de la historia a la fecha y dos yo lo corrí en una laptop gamer, ASUS ROG ZEPHYRUS G14 con AMD Ryzen 4000 Series 9, tarjeta gráfica NVIDIA RTX 2060 y 16GB DDR4 de memoria RAM.  Una máquina que pudiera no ser el setup más avanzado pero suficiente para correr juegos mucho más completos como Half Life Alyx.

Sin embargo, con Medal of Honor vaya que sufrió la máquina, en varias ocasiones luego de sesiones de juego de una hora y media, el trabajo era tal que el juego simplemente se trababa o de plano la PC se reiniciaba por calentamiento. 

Es comprensible, el juego es pesado por su complejidad visual porque llevará al jugador a vivir diversas batallas épicas mientras elimina soldados Nazi en lugares tan distintos como el desierto de Tunisia, los viñedos franceses, hasta los montañas nevadas de los Alpes o la playa de Omaha.

Los escenarios creados por Respawn no solo inmersivos, sino a momentos sorprendentes. Y aunque los gráficos de los personajes no son lo más avanzados, el nivel de inmersión que a momentos da el juego mientras escapas de un submarino nazi que se esta hundiendo o eliminas enemigos sobre un tanque es algo que es difícil de explicar en un reseña, pero que crea una sensación que ningún juego de FPS, por mejores gráficos que tenga, a través de tu televisor. 

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En ese sentido, Medal of Honor al igual que juegos como Alyx te dan la sensación única de realmente sentirte en ese lugar, de ser parte de la acción y de hacer entender como jugador, lo difícil que realmente es apuntar, disparar y cargar un rifle, una pistola o un francotirador en un guerra. 

No solo es cambiar de arma o recargar con un simple botonazo, como lo hacen los expertos de Call of Duty o Apex. Se trata de sentir la presión de vaciar el cartucho cargador, tomar uno nuevo y recargar el arma, todo en cuestión de segundos mientras los enemigos arrasan contigo. 

Ese elemento de tensión, emoción y realismo son los que hacen de Medal of Honor Above and Beyond un juego que vale la pena jugarse porque demuestra el potencial real de los juegos de realidad virtual, el nivel de realismo que pueden traer a la mesa y su capacidad para contar historias interesantes y no solo ser simples demos de un par de minutos.

Lo malo es que la historia de Medal of Honor no es tan buena, su trama y niveles saltan de un punto a otro sin tratar de crear en el jugador un efecto de pertenencia con los personajes y sus intenciones. De cierta forma, es correr de un punto A a matar Nazis, a correr un punto B a matar más Nazi y luego a un punto C. 

El juego contiene momentos interesantes que obligan al jugador a hacer algo más que simplemente disparar, sea controlar vehículos, desarmar bombas o manejar torretas en aviones militares hacen del juego algo más que un simple “Apunta y Dispara”.

Una advertencia para los que sufren de vértigo. Aunque el juego ofrece la posibilidad de disminuir el efecto de visión para evitar mareas por movimientos extremos. En mi experiencia es un juego que pocos aguantan más de una hora jugando antes de quitarse el casco a tomar agua. 

Multiplayer

La historia del juego te puede tomar unas diez horas, por lo que no te preocupes porque no es un juego corto y por fortuna el juego. Una modalidad multijugador en línea, que es buena a secas con cuatro modos. 

Mad Bomber, donde los jugadores tienen que encontrar y desarmar las bombas de los enemigos. Blast Radius, un modo que francamente nunca entendí. Deathmatch, el modo clásico de todos contra todos y Deathmatch en equipos o squads de seis personas. Sin embargo, es un agregado que esperemos que Respawn trabaje y actualice de forma constante o la falta de armas y modos podrían aburrir rápido a los jugadores.

Lo más valioso no es ni siquiera juego

Al final como juego, Medal of Honor compite a lo mucho por ser promedio. Nada que títulos como Half Life Alyx o Walking Dead: Saints and Sinners no traigan a la mesa. Pero el valor, que Medal of Honor tiene, no está ni siquiera en el juego vive en su Galería o Museo, una serie de videos, fotografías y entrevistas con veteranos de guerra o en locaciones reales en 360, que crea un nivel de empatía único con el jugador. Si realmente vas a jugar Medal of Honor Above and Beyond tiene que ser para desbloquear y conocer estas historias y visitar estos lugares. No porque se trata de una clase aburrida de historia, sino porque te muestran y dan algo valioso que a veces como jugadores olvidamos: las guerras no son, ni serán divertidas. Que pasemos algunos momentos de entretenimiento inmersos en su universo como un súper soldado experto en eliminar Nazis, no significa que tengamos que olvidar que detrás de estos sucesos existe mucho dolor, miedo y tristeza. Entender y escuchar a estos veteranos de guerra, nos obliga a pensar y desear que este tipo de acontecimientos violentos ojala solo fueran del imaginario colectivo de artistas, actores y desarrolladores y no reflejo de una realidad humana.